El País

Un informe patrimonial complica aún más al ex juez Oyarbide

En la investigación que lleva adelante el fiscal federal Jorge Di Lello se sospecha que Oyarbide escondió su riqueza a través de sus testaferros: su novio Claudio Blanco y el contador Ariel Roperti, entre otros imputados en la causa.

Un informe elaborado por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) detectó serias inconsistencias entre ingresos y egresos así como en su evolución patrimonial de Claudio Blanco, el novio del exjuez Norberto Oyarbide a quien se investiga por enriquecimiento ilícito.

En la investigación que lleva adelante el fiscal federal Jorge Di Lello se sospecha que Oyarbide escondió su riqueza a través de sus testaferros: su novio Claudio Blanco y el contador Ariel Roperti, entre muchos otros que están imputados en la causa.

La Procelac que conducen Gabriel Pérez Barberá y María Laura Roteta se elaboró un informe que complica aún más la situación de Blanco y del exjuez.

El organismo entregó el informe a Di Lello, y en el mismo se detectó que Blanco desde 2010 a 2017 hizo gastos muy por encima de los ingresos que tuvo y en cada período también registró una evolución en su patrimonio.

En 2010 Blanco no puede justificar una diferencia de 69.346,67 pesos; en 2011 unos 222.141,34 pesos; en 2012 unos 5.707,79 pesos; y en 2013 aún más notable puesto que no tuvo ingresos y gastó 301.040,76 pesos y su patrimonio creció de 99.596,34 a 940.050,39 pesos por lo que registra una diferencia de 1.141.493,81 pesos.

Según el informe al que accedió NA, Blanco también registra inconsistencias y no puede justificar sus gastos y evolución patrimonial de los últimos 4 años.

“Existen saldos negativos que indican que los ingresos conocidos del verificado no habrían alcanzado para cubrir la variación patrimonial así como los consumos detectados y/o declarados” por Blanco, establece el informe.

Blanco “ha tenido egresos computados que superaron a los ingresos con origen conocido en todos los períodos analizados”, sindica la PROCELAC.

Por otra parte, del estudio surge que Blanco recibió durante todos esos años depósitos de dinero cuyo origen se desconoce y eso es algo que también se está investigando en la causa.

En cuanto a Oyarbide, del análisis de 2010 a 2017 no registra ninguna irregularidad y todos los años, excepto en 2011 donde hay una diferencia no justificada en su patrimonio de tan sólo 28.281,82 pesos, sus gastos están por debajo de sus ingresos.

Esto último para los investigadores no es casual, por ello se sospecha que el magistrado escondió su riqueza en sus testaferros.

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